mar 15, 2011 por Damian Emanuel -

Balance del PVN21

Invitamos a Mariano Blejman a escribir sobre el #PVN21,

Tres filosofías se encontraron durante la primera Palermo Valley Night del año. La programación de PV, la presencia de Mike Hennessey y la llegada de Nicolás Shea de Start-up Chile funcionan como aceleradores de partículas.

Si no fuera porque las paredes exteriores del Centro Cultural Konex se parecen a Kosovo después de la guerra –lo cuál ofrece un dejo innegable de tercermundismo–, las conversaciones del jueves a la noche en el Palermo Valley Night bien podría ubicarse en cualquier encuentro de compañías de start-ups alrededor del mundo. Bueno, tal vez no en cualquiera, porque el encuentro entre el chileno Nicolás Shea creador de Start-up Chile y Mike Hennessey asesor e inversor estadounidense en nuevas compañías de Internet como postre de los anuncios de los argentinos Palermo Valley denotó al menos tres tipos de filosofías de negocio y de formas de vida que conviven cual teoría de conjuntos complementarios.

¿Porque en qué se parecen Palermo Valley, Start-up Chile, las intenciones de Mike Hennessey con los “espectadores” perpetrados en el Konex? Tal vez, quien sabe, en la ambición por la innovación, en encontrar talentos y buenos negocios antes que los demás y embocar un doble cero cuando nadie la vio venir. Tal vez en eso haya estado pensando el inversor Lisandro Bril -que maneja en estos momentos un fondo de 22 millones de dólares-, sentado en primera fila esperando para ir a cenar con los muchachos.

Como aperitivo, Palermo Valley anunció los ciclos de capacitación AM/PM (el próximo para el 28 de marzo), un inicio de acuerdo con el Banco Mundial como punto de contacto con nuevos emprendimientos tecnológicos, un acuerdo con World Investment Network para seleccionar empresas para capacitarse con Angels y VC’s y la llegada del superavión de inversores Geeks On A Plain, que estará en Buenos Aires del 6 al 8 de mayo, junto con la coordinación de Wenceslao Casares.

Fieles al espíritu desparramado, la filosofía que embarca al mundo de los emprendedores de cabotaje tiene que ver con aglutinar talentos dispersos en Argentina, para que entiendan cómo funciona la ruta del dinero, puesto que de grandes ideas están llenos los bares de Buenos Aires, pero hace falta materializarlos.

Cuando el inversor Mike Hennessey logró subir al estrado para hablar sobre las tendencias entre capitales ángeles y capital emprendedor, se hizo un silencio pastoral: Hennessey se preguntó por Sand Hill Road, sobre las inversiones semillas, la aparición de los super ángeles, y los nuevos puentes entre el Silicon Valley y América latina. Hennessey sabe de lo que habla: asesora e invierte en nuevas compañías como medios de comunicación digital como Ustream, LongTail video o PulpoMedia, en tecnología limpia como PrinciplePower, Greenbiz, Cleantech Open Mentor, e Internet para consumidores como Ccatapult y seguridad como AlphaCard, Violin Memory. Se sabe: en aras de aumentar las probabilidades en la ruleta del emprendedorismo, es cuestión de poner fichas por doquier. Aunque el Silicon Valley ya habla de una posible nueva burbuja financiera, –o tal vez por ello mismo– Hennessey busca emprendimientos tecnológicos en América latina que quieran expandirse hacia Estados Unidos y dice que los fondos tradicionales están dejando de invertir como VC’s ya que el porcentaje de retorno por inversión está bajando considerablemente, salvo que las inversiones se encuentren en el uno por ciento de los fondos, que obtuvieron el 41 por ciento de las ganancias, según Thomas Hellman de UBC.

Hennessey pone como punta de lanza de las recientes y nuevas inversiones al software como servicio, a las plataformas sociales, y plataformas que permitan adquisición de clientes reales. Y fiel a su espíritu evangelizador (su impronta guarda un aire sepulcral de mormón), explica la diferencia entre ángeles inteligentes y VC para los emprendedores “bootstrapped”, una especialidad argentina catalogada por la economía estadounidense como aquellos que arrancan de cero, poniendo el cuerpo, el alma y el esfuerzo por una idea que ven posible. Los ángeles inteligentes piden un lugar en el consejo directivo, mientras que los VC’s piden dos lugares, y las inversiones de ángeles tienen salidas más rápidas (en 3 o 5 años, contra 7 a 9 de los VC’s) y son centrales en el desarrollo de las negociaciones. ¿Y por qué hay tanto interés de los inversores por los “bootstrapped”, entonces? Una buena idea puede rendir lo que ningún plazo fijo.

Con una economía latina creciendo a mayor ritmo que la mundial (sobre todo, claro, la brasilera), la propuesta de Hennessey de integrar la cultura del capital emprendedor a un sector del mundo donde históricamente los VC’s no han pisado tierra es atractiva sobre todo para quienes tienen proyectos en cierne, ya que los VC’s no conocen los sistemas legales, la documentación de la inversión es restrictiva y los valores de los productos suelen ser bastante más bajos, lo cuál podría ser visto como una oportunidad. Hennessey se propone como puente hacia Estados Unidos, con el peaje habitual que se cobra en estos casos. La situación histórica es un tanto particular: empresas que crecieron sobre la base de la inversión de riesgo como Microsoft, Cisco, Google, AOL, Intel, IBM, Apple y Salesforce, tienen en su poder una liquidez para la inversión de 177 mil millones de dólares.

Pero si Internet tiene una estructura abierta, con puertos que se conectan entre sí y el envío de paquetes entre nodos corre de manera distribuida, la aparición de Start-up Chile con un Nicolás Shea recién bajado del avión, vino a plantar otro tipo de puerto en Buenos Aires (¿o, quien sabe, tal vez vino a plantar bandera?). Cuando Shea hablaba sobre el proyecto del gobierno chileno para estimular el ingreso de talentos extranjeros a su país, ofreciendo subvenciones de 40 mil dólares por emprendimiento a cambio de que sus creadores se instalen durante seis meses en Chile, los asistentes miraban como quien espera el momento en que el orador empieza a leer la letra chica. Pero no había letra chica: la llegada de Shea (otrora emprendedor tecnológico chileno exitoso antes asentado en el Silicon Valley) a la función pública fue vista con recelo (incluso por él mismo) pero aprovechó la oportunidad para proponer un proyecto que es la antítesis de la función pública: el gobierno de Piñera no tendrá ningún voto chileno por esto.

Start-up Chile está “pensado para los bootstrapping”, dijo Shea, y había que creerle. “Les damos plata, les damos conexiones, les resolvemos los problemas de residencia. Nos convertimos en un lugar de conexión a nivel regional”, asegura Shea. El resultado fue asombroso con la primera camada de 24 emprendedores. Start-up Chile pretende llegar a importar mil en cuatro años. La idea fue “levantada” por medios como The Economist, Forbes, Business Week, Reuters, TechCrunch y es mencionada como la antítesis de la política migratoria que ocurre en Europa y Estados Unidos. Si en Argentina sobra talento, en Estados Unidos sobran inversores y en Chile sobran conexiones para encauzar a ambos, es cuestión de encender la batidora regional para poder contar grandes historias. Ah, los casos de éxito. Tal vez sea hora de ir remodelando el Konex para que deje de parecerse a Kosovo, o, al menos, ponerle una buena señal de wifi, como para que el decorado se parezca un poco más a lo que pasa puertas adentro.

* El autor es editor de la sección Cultura Digital y del suplemento NO de Página/12.

Twitter: @blejman / marianoblejman.com

Nota: nos hacemos cargo de que nos toca a nosotros transformar el Konex